HACE SOL 

Hace sol.
Por fin hace sol.
Después de muchos días, hace sol
y el sol me calienta la cara y las manos.
En el patio, ahora mismo, hace sol.
Calienta mis hombros y mi alma.
Caldea mis pies y mi columna.
Me gusta porque me resucita
tras un letargo de oscuridad e invierno.
Llega tenue el calor como llega la risa.
Llegan los pájaros, las nuevas intenciones.
No hay paredes desnudas sino
un patio cubierto de enramada hiedra,
por las que escala feliz mi pensamiento.
También aquí, llega la primavera.
Soy una planta y trepo
por las viejas tapias de este claustro enfermo.
Trepo hasta salirme,
hasta llegar a los tejados,
donde hallar la luz y el calor.
En esa tarea me voy enmarañando,
hurgo hondo en la cal
para asirme con furor a los ladrillos y el cemento.
Soy ya la misma hiedra que crece feroz,
soy la madreselva indómita,
todo lo cubro de frescura y de verde,
de hojas milagrosas,
todas idénticas, infinitas,
soy yo multiplicado
poderoso,
avanzando convertido en lava esmeralda
de savia y de luz nueva.
Soy todo vegetal, mimetizado.
Ya no me para nada. Nada temo.
Siento la luz alimentando mis adentros
y sigo en este frenesí creciendo
de color verde esperanza.
Soy inconmensurable.
La naturaleza se me ha metido dentro.
Soy sol, soy aire, brisa, mar, enredadera.
Con un rayo de sol me basta
para poder magnificarme y expandirme.
Soy yo, soy tú, soy lo que nace, aquello que no muere.
Sí, soy reverdecido, renacido.
Hoy siento en mí, latir la primavera.

( Abril 2014 )

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