LA CHICA Y LA PISTOLA
Ayer jueves, por el centro de Valladolid había una chica que parecía que llevaba una pistola escondida. Yo pasaba con el coche y a la altura de la plazoleta Madrid, una chica apretaba fuerte sus puños dentro de su cazadora minúscula abrochada hasta el cuello. En uno de los bolsillos, sobresalía un bulto sospechoso y luego estaba su actitud, esa actitud tan peculiar. Parecía que la perseguían. Parecía que estuviera huyendo, mirando a todos lados con nerviosismo. Era la viva imagen de alguien que sabe que está en peligro. La imagen de alguien que sabe que hay que estar alerta, que tiene que andar deprisa, muy deprisa, para ocultarse de sus perseguidores. Era la viva imagen de alguien que tiene miedo.